3.3.07

Lo prohibido


Acercándome suavemente a su oído,
un suspiro delató mis fantasías
susurrando en silencio
el deseo no explícito,
secretamente compartido.

El, entregado al juego,
acompañaba con cierto disimulo
un salvaje torrente de expresiones;
todo un misterio aún por explorar.

Esa magia que tiene el primer beso...

Siempre hay un primer beso,
aún habiendo besado
hasta la eternidad.

Con la mirada extraviada
en la página de un libro de arte textil,
nadamos arrobados
por este mágico momento
cómplice de intimidades mutuas.

Desde la más sublime esencia,
una intensa mancha
texturada de púrpura charol
fue el estímulo de mundos y sueños,
sólo podíamos expresar
el éxtasis que sentíamos ante su belleza.
Simbiosis erótica
en playas sedientas de estética.

Sus dedos sobre los míos,
su cercanía,
su virilidad a flor de piel,
mi dermis rozando la suya
y el cúmulo de fantasías,
eran la tentación por la manzana de Eva.

Es la mujer la que provoca y seduce.
Venus en primavera,
brotes germinando aromas
de intensos deseos escondidos
explotando de savia fresca y color.

Volátiles transparencias la abrazan
en fragantes aromas a tierra húmeda,
ávida por ser fecundada,
afrodisíacamente irradia
su compulsivo fulgor en espera

Es en el acto amoroso
donde reina su poder,
dueña y señora por ese instante
en que su hombre
se atreve a dar el paso,
cuando por único segundo,
es ella la que tiene el poder de decidir.

Es en la desnudez del erotismo
donde se explicitan las debilidades
y las entregas
Es allí donde se perciben libertades,
se construyen realidades
o disfrutan fantasías

KC

2006



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